Aunque parezca una historia macondiana, ocurrió en Cartagena.
Como todos los días, Carlos, salió del trabajo a tomar la mototaxis que lo llevara hasta su casa en el barrio Fredonia, al sur de la ciudad.
Caminó hasta el sector de la India Catalina y se subió de parrillero, no sin antes decirle al mototaxista que lo condujera a su barrio.
Todo estaba bien, Carlos se puso el casco y arrancaron.
La angustia para el parrillero comenzó cuando se percató que el mototaxista no lo llevaba por la ruta normal y pese a los gritos que le ordenaban que se detuviera, el conductor seguía como si nada a toda velocidad.
Carlos, le seguía gritando “Pare, Pare o metiro” pero el mototaxista continuaba su camino.
Angustiado y pensando que se trataba de un atraco, Carlos, golpeó fuertemente la espalda del conductor de la moto y este por fin se detuvo.
“Atracador, delincuente, le dije que me llevara a Fredonia y mire, me trajo para otro lado. ¿Me iba a atracar?”, le gritaba el asustado parrillero.
El mototaxista, también con cara de asustado, le respondió: “Adddjummm, atdaaaaa, juemmmm, maahhhhaa…”.
Solo hasta ese momento, Carlos comprendió la situación, el mototaxista era sordomudo…
En esta historia solo hay que preguntarse ¿Quién es el irresponsable? El mototaxista sordo mudo o quien le prestó la moto para que se rebuscara…