Las campañas de odio, mentiras, difamación y desprestigio de candidatos a la alcaldía de Cartagena que no marcan mayor porcentaje en las encuestas, contra los que puntean de lejos, se volvió el pan de cada día a poco más de un mes de las elecciones.
Nunca llegaron las propuestas para sacar a la ciudad del atolladero en que la ha dejado el actual alcalde William Dau Chamat.
Como será de pegajosa esta terrible e infame forma de hacer política, que hasta algunos candidatos que no marcan mucho en las encuestas, pero que hasta hace poco llevaban campañas serias basadas en el respeto y con propuestas claras, cayeron en desgracia haciendo videos con falacias, llenos de odio y desesperación.
Lástima, en eso ha quedado la política. En provocaciones, faltas de respetos, instalación de vallas cargadas de propaganda subliminal, haciendo videos que suben a las bodegas de internet, maltratando no solo a los candidatos sino a sus familias.
Y como si fuera poco, con amenazas de muerte, pensando que con esos panfletos van a intimidar a los candidatos que marcan primeros en las encuestas.
A propósito de encuestas, las hay de todo tipo, en algunas quieren hacer creer a la gente que políticos (hombres y mujeres) que tienen poca credibilidad en la ciudadanía van alcanzando a los punteros.
En una ciudad atrapada por el hampa, asesinatos a diario, hurtos en todas sus modalidades, extorsiones, con más pobres cada día, sin autoridad, con abusos en las playas, creciendo en prostitución y desempleo, algunos políticos ya visibilizados por la propia ciudadanía se dedican a echarle gasolina a la hoguera.
Sin embargo, los insultos, las faltas de respeto, las difamaciones, las mentiras y las amenazas no les han servido de nada y en lugar de subir, van bajando.
En los mismos debates, se ven actos de grosería de algunos candidatos hacia otros. Les preguntan una cosa y salen a atacar.
La gente ya debió aprender. Lo de William Dau Chamat, no se puede volver a repetir en la ciudad. Necesitamos un líder o lideresa que proponga que no se quede en el pasado y que contribuya al crecimiento de la ciudad.
Cartagena no aguanta más un mandatario lleno de odio, rencor, groserías, peleas y sin conocimiento mínimo de lo público. La ciudad ya se cansó de los chismes, de las campañas de odio y difamación, de las bufonadas que ni siquiera logran una polarización solo una vergüenza nacional.
Ya basta, la ciudadanía necesita propuestas y no más odio.