Esta mujer, quien pasó del anonimato al desprestigio, confesó a diferentes medios de comunicación, que fue la misma, que tuvo sexo con un turista extranjero en un balcón del Centro Histórico ante la mirada de los transeúntes.
La “señorita” dijo que pasó de la euforia a tener sexo frente a la gente para cumplir una fantasía.
Que descaro, sin sonrojarse ni un poquito, señaló que estaba con un grupo de extranjeros norteamericanos y que al calor de los tragos y la euforia decidió descararse.
Los comentarios en las redes sociales no se hicieron esperar, no la bajaron de prepago.
Seguramente iniciará como muchas otras su carrera de “influencer” como lo han hecho otras mujeres después de grandes escándalos.