OPINIÓN
POR : Tamaika Talía
“Los príncipes deben ejecutar a través de otros las medidas que puedan acarrearles odio, y ejecutar por sí mismos aquellas que les reportan el favor de los súbditos”.
- Maquiavelo
A un mes de la elección de Dau como alcalde de Cartagena me di a la tarea de hacer publica mi opinión y oposición sobre lo que sería la administración de la ciudad.
Han pasado dos años desde aquel 27 de octubre de 2019, y aún siguen muchos interrogantes sin responder, y uno de los más increíbles y que no ha podido ser develado por nadie, y se mantiene en el mas oscuro de los rincones del palacio de la Aduana es: ¿Quién maneja los hilos de la marioneta? algunos rumores recorren las calles de la ciudad, algunos se atreven a decir que los Barranquilleros están detrás, otros que los cachacos y hasta unos osados insisten en designar ese trono a maquinarias propias de la ciudad, apellidos vencidos que recobraron su color por medio de Dau, pero nada termina teniendo fuerza ni fundamento, el hecho es que aun de embarrada tras embarrada, de payasada tras payasada y de una crisis de gobernabilidad tremenda, no se sabe el destino que le depara a la ciudad en los dos años que aun le quedan, porque queramos o no aceptarlo, al parecer no hay “IA” que lo toque.
La ciudad esta hundida en una crisis sanitaria, que hacia varias décadas estaba siendo controlada, los ríos de droga y desafueros nocturnos eran cuestión del pasado, cuando Nicolas Curi declaro persona no grata a Pirry por correr el tapete de la Cartagena nocturna, eso hizo que se pusieran las pilas, tanto gobernantes como ciudadanos, y entre todos hicieron respetar la ciudad, fue un momento de unión y de construcción social, como debe ser.
Ningún gobernante y esto hay que aceptarlo, ha desarrollado un real programa de gobierno, pero por lo menos se acercaban a una ciudad medianamente competente, que inspiraba un seudo desarrollo gracias al turismo que realmente se sostenía de la mano de los gigantes del turismo como los Araujo, pero ni estos con todo y su poder han podido o no han querido hacer nada.
La pobreza en Cartagen ha logrado picos increíbles de miseria y abandono, no han sido ni objeto de preocupación para la administración Dau, los problemas sociales crecen a velocidades incalculables, la inseguridad se ha vuelto paisaje, la falta de trabajo y vigilancia de las entidades es de llorar, obras para salirle al paso a las críticas, soluciones para darle tiempo al tiempo, no hay ejercicios de fondo, no hay visibilidad en ejecutorias de grandes proyectos, no hay nada que se pueda exponer.
Irónicamente la secretaria que mas hace es el IPCC, encargada de que haya pan y circo para los Cartageneros, porque parafraseando a una de sus integrantes, estamos llenos de Dengue, pero también de fiestas y festivales.
La cosa no pinta que va a cambiar, tiene el paso que ha sostenido durante estos dos años, indiferente, seguro de que no pueden destituirlo por alguna razón, sin incomodarse por nada, con secretarios como Munera haciendo menos que nada, mientras hay un acto de sicariato cada dos días en la ciudad, robos en cada esquina y una instabilidad de cargos que no aguantan un soplido.
El destino de la ciudad es incierto, no tiene ni norte ni sur, está a la buena de Dios, de quien la ampare y la favorezca, paso de guate mala, pa un guate peor de terror, no hay quien grite “comandante salve usted la patria”, la ciudadanía parece sumida en un estupor hasta preocupante, antes por lo menos se quejaban de las malas administraciones, es como si ya se hubiesen dado por vencidos, aceptando su destino y se hicieran insensibles ante su presente y su futuro.
Lamentablemente nunca se preocuparon por elegir congresistas que metieran la mano por la ciudad, hay muchas cosas que son responsabilidad del pueblo, pero no es el caso revictimizar a una sociedad que esta siendo abusada.
Dau, no hace ni hará nada porque desde un principio tuvo metas delirantes, propuestas oníricas, acciones populistas y un equipo incompetente.
Pero seria bueno revisar la situación porque siendo trágica y fatalista, dos años son más que suficientes para retroceder unos 100 años más, y digo 100 más porque Cartagena está en un retraso desde hace más de cinco décadas, alejándose de su vecino de manera abismal, dos años más y quedan solo las murallas estucadas… ¿será que Cartagena aguanta dos años más de crisis administrativa y gubernamental? Yo no tengo mucha fe y veo el panorama oscuro.
Dios bendiga a Cartagena la fantástica.