OPINIÓN
Por: Tamaika Talía
Dice un principio que “todo imperio cae por su propio peso” y en efecto este es el caso del señor William Dau.
Desde que estoy muy pequeña mi papá siempre me ha dicho una frase que se ha clavado en mi hasta los tuétanos, “se benévolo cuando vayas de subida, por si te toca bajar, sean benévolos contigo» y definitivamente son palabras sabias.
El sello de un buen gobernante no está en su capacidad para la confrontación y la división, sino en su habilidad para conseguir la unidad y la paz. Un efecto colateral de la persecución y la guerra es que acaba con la libertad de expresión, silencian para poder utilizar el miedo y el señalamiento como estrategia para avanzar sin ser vistos, pero no creo que exista algo que la tiranía pueda conseguir que no se logre siendo gentil y pacifista. Debemos aprender de nuestros errores para no volver a cometerlos y tener que volver a arrepentirnos, no solo los corruptos han sido desplazados en esta casería, esta inexplicable situación también se ha llevado por delante a miles de Cartageneros, logrando que muchos hogares hoy se vean en la necesidad de abandonar proyectos de vida estables y ver como desaparecen sus sueños de salir adelante.
Estos capítulos en los procesos democráticos suelen tener el efecto de acelerar los procesos históricos, los conflictos siempre han estado presentes a lo largo del desarrollo de los pueblos, y son estos los que permiten que se den las condiciones necesarias para despertar y generar los cambios precisos, en los tiempos indicados y los sentimientos ideales. Los seres humanos parecen desear siempre alcanzar el poder por la fuerza, sobornando conciencias y generando confusión, pero una sociedad no se desarrolla sin bases sólidas, sin forjar principios éticos comunes que ayuden a construir valores sociales propios de comunidades desarrolladas.
La libertad de los cartageneros ha sido atacada por una persona sin capacidad de liderar, con mascaras y lleno de soberbia y desconocimiento, pero esa libertad será defendida y la mejor forma de defenderla es atacando, pero no me refiero a dañar a nadie, me refiero a tomar la mejor decisión posible, porque ya lo hicimos, ya sentimos como es decidir de manera libre y espontanea, no vamos a permitir más corrupción, no dejaremos que nos sigan robando por ningún lado de la orilla, ni por lobos disfrazados de ovejas, ni por los zorros que atacan a plena luz del día. Una embestida preventiva puede evitar una escalada de los oportunistas que ahora pescaran en rio revuelto, la única forma en la que podemos lograr resistir es conociendo el sistema, como funciona y como debería de funcionar, me llama la atención ver a muchos muy interesados en la administración pública, en cómo se desarrolla el presupuesto y para qué sirve cada dependencia, eso se llama hacer control y ser vigías de nuestros recursos.
Las perdidas son el precio que pagamos por la victoria futura, nuestra mejor reflexión es no volver a ser indiferentes, ya aprendimos lo que son los corruptos tradicionales y también lo que es un pusilánime y loco que solo busco el poder para sentirse estrella y brillar en medio de la oscuridad.
Los grandes lideres y quienes desarrollan a sus pueblos son defensores de la paz, un hombre inteligente repudia completamente el uso de las armas, sean de pólvora o de papel, se lancen desde una trinchera o un atril, sean pesadas como un cañón o ligeras y resonantes como la palabra, se venció el sistema, se estallo el pueblo, se revelo el negro.
Abrahán Lincoln decía “destruyo a mis enemigos cuando los hago mis amigos” las alianzas acaban con nuestros mayores enemigos y hacen que estos nos ayuden a construir beneficios comunes. Pero muchos simplemente prefieren tratar de librarse de ellos eliminándolos y de esta forma solo les dan más fuerza, William Dau convirtió a Cartagena en su campo de batalla, en una escena de caos constante, dejando a la población como carne de cañón, muchas amistades se deterioraron, otras acabaron y una ciudad vecinal, en la que todos eran amigos de todos fue polarizada, engañada y vilmente abusada, pero el ganador debe ser quien logre controlar y frenar esta barbarie social en la que han creado bodegas para acabarse entre sí.
Los cartageneros estamos llamados a defender nuestra ciudad, a nuestros vecinos, a nuestras familias y a nuestros visitantes del sistema que la ha llevado a una crisis enorme. Hemos perdido una batalla, pero no la guerra, este proceso ha echado a andar y estamos en la etapa perfecta para demostrarle a el país que ha muerto un sistema, que los cartageneros si somos capaces de elegir bien, de salir a votar de manera democrática, que hay personas capaces, lideres y muchos ciudadanos llenos de pergaminos y super calificados para dirigir las riendas de nuestro territorio.
El sistema fue debilitado, la compra del voto no podía ser un método brillante que se perpetuara en la historia y se convirtiera en un mecanismo, en algún momento tenia que caer y está sucediendo, lejos están los que piensan que volveremos a retomar los malos hábitos, y lejos están también los que piensan que volveremos a creer en cantos de sirenas. Nos levantaremos, nos sacudiremos el polvo, sanaremos los rasguños y emprenderemos con la cabeza bien en alto nuestra búsqueda por ese líder que nos merecemos, no permitiremos que se manipulen los tiempos para que nos designen un alcalde encarado. El momento de actuar es ahora, revoquemos el mandato, hagamos una verdadera historia de rebeldía y estallido social, sin dañar a nadie, sin vender la conciencia, sin pensar de manera individual, sino siempre pensando en el bien colectivo, en nuestro desarrollo común, en la ciudad de todos.
Oscurece el día para un sistema y se aclara para otro que nos convenga a todos, un sistema nuevo, con un orden nuevo.
*La responsabilidad del contenido de la columna es de quien la escribe y no de www.elgrifonoticias.com
