Sorpresiva, por decir lo menos, fue la renuncia del director del DADIS Álvaro Fortich. Nadie, absolutamente nadie, apostaba a la salida de la persona “más importante” en la prevención y contención en esta pandemia de COVID-19.
Los que conocen el tema de lo que pasa al interior de la administración del alcalde William Dau Chamat, apuntaban a la salida de otros funcionarios de alto rango.
Cuando uno hablaba con los que -por contactos muy cercanos a la alcaldía- saben lo que pasa adentro, señalaban por ejemplo a David Múnera, quien “está en un horno crematorio” «comiéndose cualquier cantidad de sapos» o Mónica Fadul, presentada por Dau como la persona que estaría en la calle atendiendo los problemas diarios de la ciudad, sin imaginar que sería la primera que se aisló voluntariamente, mientras el resto de los funcionarios trabajaban presencialmente.
El motivo de la renuncia es el mismo que ponen todos los trabajadores cuando están “mamados” por algo o su trabajo se le salió de sus manos, le quedó grande. Motivos personales.
Pero los que hemos seguido de cerca el avance de la pandemia en Cartagena, creemos que fue por otras cosas.
Primero, tardaron mucho en tomar decisiones importantes y cuando se dieron cuenta, no sabían qué hacer. El resultado, los centenares de contagiados y las decenas de muertos por COVID-19.
Desde el primer caso y pese a que todo el mundo sabía -hasta el más ignorante- que lo primordial era aumentar el número de camas, de Unidades de Cuidados Intensivos y la compra de respiradores, no lo hicieron.
Se dedicaron a pendejear armando concursos, tratando con groserías a los concejales, haciéndose las víctimas y prometiendo cosas inalcanzables como el barco hospital.
Por último, creo que el doctor Fortich, se puso a pensar que si en dos meses de aislamiento preventivo obligatorio, no pudieron controlar a la gente para que no se contagiaran, ahora con la salida masiva de personas, esto sería como lo dijo “Nostradamus” Dau “en Cartagena van a caer como moscas”.
No conozco personalmente al doctor Fortich, pero debo decir que me han dado muy buenas referencias como profesional y estoy seguro, que no soportó más llevar la pesada carga de muertos por el Covid-19 en su espalda.
Eso sumado a la cantidad de “descachadas” de su jefe, terminaron por apresurar su salida, justo cuando la ciudad más lo necesita.
Que viene ahora, no lo sabemos, suponemos -si la ciudad no es intervenida de manera urgente por el gobierno Nacional- que tendrán que nombrar a una persona calificada, para que asuma la responsabilidad de la irresponsabilidad.
Solo esperamos, que la dirección del DADIS, no quede en manos de una profesional subordinada a una persona no grata y muy conocida, que solo busca apoderarse de la salud a costa de lo que sea en Cartagena.


