Querido Profesor, me puse este seudónimo, porque me acordé del poema que recitó el Chavo, “Vuelve el perro arrepentido, con su mirada tan tierna, con el hocico partido, con el rabo entre las piernas”.
Me cayó como anillo al dedo… Desde que me le pegué al ganador de una campaña política y me dieron un puesto, me he vuelto insoportable, no camino sino levito, miro a todo el mundo por encima del hombro y como si fuera poco, dije mentiras a los medios de comunicación para desprestigiar a una corporación edilicia.
A raíz de las mentiras que dije, tuve que pedir perdón casi de rodillas, para que no me sacaran del puesto…
Ya no aguanto más profesor Valenverg, ayúdeme, por favor, quiero cambiar, pero mi ego no me deja…
Respuesta:
Querido amigo, debes darle gracias a Dios, porque si no te hubieras pegado a esa campaña, no serías ni presidente de una Junta de Acción comunal…
No seas prepotente, bájale al ego, aunque te quede muy difícil trata de ser sencillo, humilde y así la gente de pronto te acepta.
Deja de decir mentiras para creerte la víctima, eso no deja nada bueno, al contrario, luego tienes que pedir disculpas…
Trata de ser buena gente, aunque no lo sientas y deja la soberbia el rencor.
Su amigo
Profesor Valenverg
Politólogo, sexólogo, influenciador, sicólogo, clarividente, mentalista, forista, a veces taxista, comentarista, parasicólogo, penalista, pero sobre todo consejero. Graduado en la Universidad de la Vida.
VIRANSEN…