144 capturados en Cartagena

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Desde el 6 al 20 de agosto, la más grande ofensiva contra el homicidio y el hurto a personas fue desplegada por la Policía Nacional en todo el país, y en Cartagena, toda la capacidad investigativa y humana de la Policía Metropolitana, volcada a la persecución de los responsables de hechos delincuenciales, dejando como resultado 144 capturas, la incautación de 18 armas de fuego, la recuperación de 25 celulares hurtados, 12 motocicletas y un vehículo.

 

Además, se desplegaron cinco comandos situacionales, en San Francisco, Crespo, Santana, Pasacaballos, Centro, identificando a más de 2.250 personas, dando captura a 18 requeridas por orden judicial por diferentes delitos, incautando cinco armas de fuego y recuperando seis motos hurtadas, durante estas jornadas donde la oferta institucional se desplaza hacia estas zonas.

 

Desarticulada Banda Los San Roque

Uno de los más importantes resultados de esta ofensiva fue la desarticulación de la Banda San Roque, una red dedicada al tráfico de estupefacientes en los barrios El Pozón y Villa Zuldany, ubicados a escasos 100 metros de una institución educativa, la cual empleaban como centro de operaciones, con jíbaros que sin ningún reparo expendían estupefacientes a menores de edad, en los alrededores del centro de enseñanza, siendo capturados en las últimas horas, por la Policía Metropolitana.

 

Tras varios meses de seguimiento, la Seccional de Investigación Criminal – SIJIN, en coordinación con la Fiscalía Séptima Seccional URI, capturaron a seis integrantes de la Banda Los San Roque, entre ellos su cabecilla, conocido con el alias de ´EL CHONGO´, identificado como WILFRIDO MENDOZA TRILLO, y quien dirigía el abastecimiento de las ollas ubicadas en esta zona del barrio El Pozón, con la ayuda de ´EL VENEZUELA, ´EL LUCHO´ Y ´EL LIBARDO´, y de ´EL LOCO´ y ´LA YENIFER´, quienes tendría como función el expendio de los estupefacientes.

 

Con estas acciones operativas, la Policía Metropolitana de Cartagena garantiza su compromiso para salvaguardar la vida y la integridad de nuestros niños, niñas y adolescentes, frente a las amenazas de organizaciones criminales dedicadas al tráfico de estupefacientes, que buscan afectar a nuestra niñez con el flagelo de las drogas.

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