•Alcalde, el valor final del contrato es incierto.
•¿Qué gestión adelantó el Distrito en los tres
años para finalizar las obras en Bocagrande?
•¿Se ajustan obras a los diseños del proyecto?
OPINIÓN
Alvaro Anaya Díaz
La polémica por la apertura de la playa 5 de la Protección costera en Bocagrande y la seguridad de los bañistas quedó atrás. Y, lógico, los actores de las obras sostendrán sus argumentos para despejar todo tipo de interrogantes en medio del debate por los diseños que dieron origen al proyecto contratado por la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd).
El proyecto se puso en marcha en diciembre del año 2021 para proteger la ciudad de la erosión y lograr un frente costero más amplio, pero en medio de protestas e incertidumbre. La inversión de $160.000 millones para la fase I, componente I, requiere ahora de $21.244 millones para la fase II del componente I. Los primeros recursos ($100.000 millones) fueron gestionados ante el gobierno nacional por el ex-alcalde Pedrito Pereira Caballero, en 2019, a través de la Ley 784 o Ley del Sitio, de la cual fue autor como congresista. Y desde el Distrito cofinanció el proyecto con $82.000 millones. En estos tres años, ¿qué recursos gestionó la administración Dau para la segunda fase del proyecto?
Ante la ineptitud del alcalde William Dau y la directora de Valorización Distrital, María Isabel Lugo, fue imposible diligenciar nuevos recursos para la siguiente fase de las obras. En su momento –febrero de este año–, el mandatario y su funcionaria cachaca no entendieron el mensaje de la Vicepresidente Martha Lucía Ramirez, quien lideró el Comité de obra y aseguró siempre que el proyecto «es prioridad del gobierno nacional» para el ordenamiento de playas, y los trabajadores turísticos hacen parte del componente social.
No obstante, la administración no ha defendido ni lo uno ni lo otro. Y pretendió «reglamentar» la playa 5 de Bocagrande al anunciar Dau, de manera irresponsable, su apertura como un «regalo de Navidad a turistas y cartageneros», sin conocer el concepto técnico de la autoridad marítima, Dimar, y mucho menos el caso de las playas de Marbella y Crespo, cuyo uso está prohibido desde el año 2014, precisamente por obras de dragado y relleno y aún no se ha logrado su estabilidad. El concejal César Pión González le recordó al mandatario que la playa estaba en proceso de adecuación y se requería de estudios confiables para tomar una decisión. «Estos pueden causar cambios temporales en el sistema de corrientes marinas en los sectores de influencia directa del proyecto», advirtió.
La nula intervención del Distrito en los trabajos de la Protección costera se confirmó con la total ausencia de un pronunciamiento del Departamento de Valorización por la inundación de la avenida Primera de Bocagrande a causa del rompimiento del dique de contención en las obras de dragado y relleno. Si existiera una supervisión seria, con seguridad una comunicación gubernamental tranquiliza más a los residentes de la zona. ¿Sabe Dau qué pasó esa tarde del 24 de noviembre?
El futuro de la Protección costera es incierto y, sin embargo, el alcalde William Dau lo presentó en su balance de fin de año como un proyecto de la actual administración. Y hasta explicó en detalles el avance del 2022. Anunció que está a la espera de las «observaciones técnicas para habilitar la playa 5».
La directora de Valorización Distrital debe recordarle al alcalde Dau que el Distrito no tiene un vocero oficial y líder en el proyecto. Sus funcionarios se limitan a asistir a reuniones. Los secretarios de Infraestructura –dice que no tiene nada que ver– y Planeación y los directores del EPA y la Oficina de Riesgos ni siquiera emiten conceptos sobre avances físicos de obras.
Y de igual manera es grave que el nuevo gobierno nacional aún no designa un responsable en la Ungrd, como entidad contratante de obras e interventoría, lo que origina muchos traumas y deja el proyecto a la deriva. Dau, entonces, deberá hacer uso de sus buenos oficios (?) con el presidente Petro para refinanciar las obras de la Protección costera. (Primera parte).
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