Ni el calor ni la lluvia pudieron contener la alegría. En el pequeño municipio de Córdoba Tetón, los tambores, las gaitas y las voces de varios campesinos se mezclaron para recibir una promesa cumplida: la primera piedra de la vía que unirá a su territorio con Magangué, el puerto fluvial más importante del Caribe colombiano. Una carretera que no solo acerca distancias, sino que cicatriza una deuda histórica con una región que durante décadas caminó sobre el polvo del olvido.
El gobernador Yamil Arana Padauí, llegó al lugar en medio de una multitud que lo esperaba con banderas, pólvora y sonrisas. No era un acto cualquiera. Era la confirmación de que el progreso también puede llegar por caminos rurales, donde cada metro de asfalto se convierte en un símbolo de dignidad.
“Queremos conectar a Bolívar de norte a sur sin salirnos de nuestro territorio. Los habitantes de Córdoba podrán llegar a Magangué en solo 40 minutos. Esta vía significa progreso, integración y oportunidades para una región que durante años fue golpeada por el conflicto”, expresó el mandatario, rodeado de campesinos, jóvenes y líderes comunitarios que aplaudían con la emoción de quien por fin ve llegar la esperanza.
*Una carretera con nombre de futuro*
La vía tendrá 20 kilómetros de longitud, será bidireccional, con dos carriles de tres metros de ancho y bermas laterales de medio metro. Su pavimento asfáltico fue diseñado para resistir las condiciones del terreno y adaptarse a los niveles de inundación de la zona. El proyecto, que demandará una inversión de más de 96 mil millones de pesos, tiene un plazo de 20 meses y está a cargo de la Secretaría de Infraestructura de Bolívar.
Más que una obra de ingeniería, se trata de un puente social. En palabras del alcalde de Córdoba, Carlos Álvarez Tamara, “esta no es solo una carretera: es la puerta del desarrollo para toda la zona rural. Santa Lucía, el nuevo Tacamocho, Tacamochito, Pueblo Nuevo y San Aguare tendrán una conexión directa con el puerto fluvial más importante del Caribe. Esta vía representa comercio, esperanza y futuro para nuestra gente”.
Esa visión también la comparte Ostri Miguel Mesa, docente del municipio, quien no oculta su emoción al hablar del proyecto:
“Esto es un sueño hecho realidad. Mi abuelo decía que la carretera negra solo la veríamos en los cuentos, y hoy la estamos viendo con nuestros propios ojos. Este gobernador está cambiando la historia de Bolívar.”
A su lado, Vicky Andrea Pérez, una madre de familia que vive en Córdoba desde hace tres décadas, resume lo que muchos sienten: “Nunca pensamos que esto sería posible. Esta vía traerá conectividad, economía y bienestar para todos. Ya no estaremos tan lejos de las oportunidades.”
Una deuda que se salda con progreso
Durante años, la falta de vías pavimentadas aisló a los habitantes de los Montes de María y la Depresión Momposina. Los caminos de tierra se convertían en lodazales durante el invierno, los productos agrícolas se perdían en los trayectos, y los enfermos tardaban horas en llegar a un hospital. Hoy, con el inicio de esta obra, la historia empieza a cambiar.
Yamil Arana ha hecho de la infraestructura rural una bandera de su gobierno. “Lo que viene es pavimento para todos”, ha repetido el gobernador en cada encuentro con las comunidades, convencido de que el desarrollo no se mide solo en metros de asfalto, sino en oportunidades reales para la gente.
La nueva vía no solo impulsará la economía agrícola, sino que fortalecerá la integración entre las subregiones de los Montes de María y la Depresión Momposina, conectando sus circuitos productivos y turísticos. Con ello, Bolívar da un paso firme hacia la consolidación de una red vial que comunique al departamento sin depender de rutas externas.
*Educación: el otro camino que se construye*
Durante la misma jornada, el gobernador y el alcalde firmaron un Memorando de Entendimiento para construir y mejorar la infraestructura educativa de la Institución Técnica Agropecuaria Luis Villafañe Pareja (IETA), ubicada en el corregimiento de Martín Alonso.
El acuerdo busca garantizar espacios dignos para los estudiantes rurales y reforzar la formación técnica agropecuaria, una apuesta que conecta con la vocación agrícola del territorio. “La educación es la carretera más larga y más importante que estamos construyendo”, dijo Arana durante la firma del documento, dejando claro que el progreso no solo pasa por las vías, sino por las aulas.
*Un nuevo horizonte*
Mientras el sol caía sobre los campos de Córdoba, los campesinos seguían celebrando. Para ellos, la carretera no es solo una promesa de cemento: es una oportunidad de permanecer en su tierra, de vender sus productos, de ver a sus hijos estudiar sin tener que migrar.
En medio de los aplausos, alguien gritó: “¡Por fin llegó la carretera del reencuentro!”. Así la llaman ahora. Una vía que unirá pueblos, que reparará olvidos, que conectará el corazón de Bolívar con sus sueños.
Yamil Arana, consciente del significado histórico del momento, se despidió con una frase que resumió el espíritu de la jornada: “Cada carretera que construimos es una historia que dejamos escrita en el territorio. Bolívar está avanzando, y lo está haciendo desde el campo.”